El Palacio de los Candados – Escrito de Guillermo Capellán en Cárcel de Vª Las Rosas – Febrero de 2003 – Relato Nº 01
FEBRERO DE 2003
Era la primera semana del carnaval salteño. Había poca actividad en el Concejo Deliberante. Pero el martes 4 de febrero de 2003 había menos movimiento de lo habitual. El único que estaba en su despacho era Álvaro Ulloa, Presidente del Bloque del Partido Renovador de Salta, tomamos unos mates y charlamos sobre mi proyecto de la erradicación de las esferas de la planta distribuidora de gas que fueron de Gas del Estado y que Menem y Romero las pusieron en manos privadas (“chilenas”) bajo la denominación de GASNOR.
Mi voto como concejal peronista era clave para evitar la prórroga de permanencia de las esferas metálicas de la Planta Distribuidora de Gas de Chachapoyas (GASNOR). Un estudio de la Universidad Nacional de Salta, sobre la fatiga de los metales, indicaba que la Planta debía ser erradicada de inmediato.
El Estudio de la UNSA estaba en mi poder y el ultra oficialista Bloque que encabezaba la Presidenta del Parlamento municipal, Nora Giménez, sabía que mi proyecto sería irrebatible: 70.000 vecinos de la zona de Chachapoyas estaban en peligro de muerte.
PLANTA CHACHAPOYAS DE GAS DEL ESTADO
El ordenamiento urbano, la erradicación de la planta de GASNOR ex Gas del Estado y su traslado a más de 50 km del ejido municipal fue parte de mi compromiso de campaña con los vecinos de lo que fuera el Apeadero 1129 o Estación Chachapoyas, Barrio Mosconi, Cofico y el acomodado Barrio Tres Cerritos. Todo este sector superaba los 80.000 habitantes.
Esto era solo una parte de la cuestión. Al Gobernador Juan Carlos Romero no le importaba una mierda la vida de los vecinos y al Intendente Municipal, Alejandro San Millán que entendía de impacto ambiental como yo de capar monos, solo quería que se prorrogara la erradicación por “unos cuantos años más” porque así lo exigía Romero.
Detrás de este proyecto de erradicación de la Planta de Gas había algo mucho más importante: el negocio inmobiliario que Romero le había encomendado a Julio Castillo un eficiente socio testaferro del Gobernador. Juro por mi vida que esta fue la causa de mi destitución del Concejo Deliberante de Salta: los terrenos de la Planta de Chachapoyas estaban destinados a construir las casas para la burguesía romerista. ¡Y así fue!
(Próxima publicación – El Palacio de los Candados Relato Nº 2)
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