RELATO Nº 9 El Palacio de los Candados – Escrito de Guillermo Capellán en Cárcel de Vª Las Rosas – 14 Febrero de 2003

Era viernes 14 de febrero de 2003. Llegué cerca de la medianoche a la Comisaría 7ª de Barrio El Tribuno. Tendría que llamarla a la dependencia “el 7º Círculo” de la Comedia del Dante Alighieri.

Roberto Elio Gareca

Esa noche recibí la información más increíble durante mi detención producida el 13 de febrero. El Secretario de Hacienda de la Municipalidad de Salta (2003), José Matías Jorge Diaz, a las 15.30, recibía con euforia y con una botella de Champagne en su despacho de calle España esq Balcarce al exjuez destituido (22/12/2002) Roberto Elio Gareca quien recibiera una jugosa suma por “haber logrado mi destitución”.

José Matías Jorge Diaz

La Sra Olga Copa, jefa de un sector de la Secretaría de Hacienda (2003), me hizo llegar un mensaje muy triste de ese brindis con Champagne Chandon entre Gareca y Jorge Diaz. El mensaje decía “Guille querido, vi con tristeza y llanto cuando subieron a las carcajadas el Abogado Gareca y el Secretario Jorge Diaz y en su despacho brindaron con champagne por tu detención, al rato llegó Nora Giménez y se quedaron hasta las 7 de la tarde. Te quiero mucho, Olguita”

El mismo día de mi detención celebraron mi caída ¡Qué hijos de puta! Gareca, lleno de odio por su destitución como Juez, canalizaba su resentimiento y esperanza que con este perverso logro conseguiría su sueño: proyectarse en la política con el apoyo de los San Millán. Un negocio inmobiliario de Juan Carlos Romero me aplastaba el alma.

Nadie podía contradecir al Rey de Salta. “Él lo sabe todo” me dijo en una oportunidad Sergio Hugo Nazario, Secretario de Seguridad del Gobierno romerista hasta 1997 pero siguió a cargo de la Inteligencia provincial cuando se hizo cargo del Excalibur, un chiche que utilizaba “el Cmte. Estévez” o sea Sergio Nazario para las escuchas telefónicas. Increíble, el propio Nazario me contó tantas cosas del Rey Juan Carlos en mi casa de la calle Florida 856.

Sergio Raúl Nazario, Cmte. Estévez

Nazario pertenecía a los grupos de tareas de la dictadura y me dijo que no me había hecho desaparecer porque me respetaba como político porque era honesto. Imaginen, más vale, cualquier ladrón era honrado para el Jefe de la Seguridad e Inteligencia Personal del Rey de Salta.

Romero jamás supo de una segunda reunión fuera de agenda con el Comandante Estévez, un ex gendarme Alférez de nombre Sergio Raúl Nazario y mucho menos de todo lo que me contó sobre el Monarca romerista. Le di mi palabra a Nazario y jamás revelaré lo peor del Patriarca y Déspota de Salta porque dudo que todo lo que me “confió” sea cierto.

El dedo admonitor de un dictador

“Juan Carlos lo sabe todo” dijo mas de vez Nazario durante el encuentro y yo le respondí “a mi no me importa una mierda. No soy choro ni corrupto, soy peronista”. Nazario me miró y me dijo “sos honesto y eso se respeta”. Y le respondí “de qué puta sirve la honestidad si Juan Carlos desprecia al peronismo”.

Le di la mano y lo despedí en la puerta de mi casa donde vivía (junio/2002) en La Florida 856. Por eso digo que al romerismo lo conozco por dentro y por fuera y es solo un prospecto de negocios. Por eso, en esta cruel detención en la policía 7ª de Barrio El Tribuno no olvido ni los mínimos detalles de lo vivido por el predio de Chachapoyas, tributo de Alejandro San Millán para Rey Juan Carlos.