El Palacio de los Candados – Escrito de Guillermo Capellán en Cárcel de Vª Las Rosas – Febrero de 2003 – Relato Nº 02

Relato Nº 02

Sobre esta cuestión, de la Planta de GASNOR, le anticipé al Intendente Alejandro San Millán que votaría en contra de cualquier prórroga a favor de la empresa romerista y que el Gobernador no era mi patrón porque yo tenía un solo Jefe: la gente que me votó.

Esto indignó al Gobierno neoliberal-romerista. Por ello, el Vicegobernador Walter Wayar convocó a los Concejales “Peronistas” (el único boludo peronista era yo) para presionar el voto a favor de la prórroga de permanencia de Gasnor en Chachapoyas. Le anticipé al nuevamente al Vicegobernador mi postura: “Walter el que avisa no traiciona, votaré en contra de la prórroga.

Gasnor debe abandonar Chachapoyas” rematé en mi postura. Wayar tenía un globo terráqueo que hizo girar y me dijo “Guille poné el dedo donde quieras y te vas a conocer el mundo”. Me enfurecí y me retiré de la reunión con la resabia de un final anunciado.

Para votar en contra, me basaba en los estudios técnicos de la Universidad Nacional de Salta sobre el impacto ambiental y el peligro que representaban las obsoletas y fatigadas estructuras de la distribuidora de gas.

Con el Partido Obrero y los Renovadores, acordamos la sanción de la norma: NO MAS PRÓRROGA para la permanencia de GASNOR en Chachapoyas. Ni un día más en la zona. Esto sucedió en la primera semana de febrero de 2003. Romero dio orden que prorrogara pero para que eso sea posible tenían que obligarme a votar o sacarme del Concejo.

El locutor Martín Grande, paralelamente, había iniciado una feroz campaña de desprestigio en mi contra. Jamás supe porque me odiaba. El viernes 7 febrero de 2003, al cierre de su programa que por entonces tenía su domicilio en la calle Zuviría 333, vaticinó lo siguiente: “el concejal Capellán pronto va estar destituido y en la cárcel…”. Todo estaba planificado. ¿Cómo sabía el locutor que esto iba a suceder? Todo fue planeado en la Sala de los Barrantes en Rosario de Lerma.

Martin Federico Grande Durand tenía acabado conocimiento tres días antes que yo iba a “cometer un delito” y que sería detenido por “algo”. Juro por Dios y mi vida que este señor conocía el plan que había diseñado Roberto Elio Gareca quien cuando era Juez lo sobreseyó a él por el delito de extorsión que denuncié en su contra y me procesó a mí. Esa es la otra parte de la verdadera historia que todos deberían conocer.

Jamás renunciaré a mi lucha para demostrar mi inocencia y el complot que me prepararon con el visto bueno del Poder Político del romerismo. Por un negocio inmobiliario inmundo llamado Chachapoyas urdieron un complot cruel que les trajo desgracias que luego las denominaron las maldiciones del Concejal Capellán de Salta, Argentina. A los malditos no es necesario echarles maldiciones.