El impacto de la sequía en las exportaciones
Se prevé una pérdida de exportaciones por 14.100 millones de dólares y el Estado dejaría de recibir por recaudación fiscal entre 3.143 y 4739 millones de dólares.
La producción agropecuaria argentina viene sufriendo los efectos de una sequía prolongada. Casi el 55 por ciento del territorio nacional presenta alguna condición de sequía, desde moderada hasta severa, y eso impacta directamente al funcionamiento la “fábrica de dólares” que el ministro de Economía Sergio Massa inauguró al asumir su gestión. A causa de la sequía se prevé una pérdida de exportaciones por 14.100 millones de dólares y el Estado dejaría de recibir por recaudación fiscal entre 3.143 y 4739 millones de dólares.
Son estimaciones de la Gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Fundación INAI, que calculó que las exportaciones de granos y subproductos podrían caer este año versus 2022 entre 9226 millones de dólares y 14.115 millones de dólares debido a la sequía. Además, el Estado dejaría de percibir por recaudación fiscal entre 3143 millones y 4739 millones de dólares.
Se proyecta para el año una merma en la cosecha de maíz y soja, además del trigo, que en total podría llegar a casi 2 puntos del PBI. Para el caso del complejo sojero, la producción podría caer de las 48 millones de toneladas previstas en septiembre a 41 millones en el mejor de los casos o 35 millones en la situación más adversa. El impacto en las exportaciones podría oscilar entre una caída del 16 por ciento o del 29 por ciento en un peor escenario hídrico. En el caso del maíz, las ventas al exterior podrían caer entre un 16 y 36 por ciento.
Si se toman todas las producciones analizadas (trigo, cebada, maíz y soja), las exportaciones de esta nueva cosecha ya contemplaban una merma del 6 por ciento en relación a la campaña 2021/2022. Pero con el agravamiento del escenario, esa potencial pérdida se profundizó, al menos en el análisis realizado por la Bolsa de Cereales.
La entidad llegó a esos números considerando la performance de 2022 y dos escenarios tomando como base las cifras que había presentado en septiembre pasado en el inicio de la campaña 2022/23. En ese momento calculaba 48 millones de toneladas en soja, 50 millones de toneladas en maíz y 3,9 millones de toneladas para el cultivo de girasol.
En una entrevista gráfica, el ministro de Economía, Sergio Massa, estimó las pérdidas en “2.300 y 2.900 millones”de dólares. No obstante, planteó que “puede pasar que lo que perdemos por volumen lo recuperemos por precio. Y no quiero que digan finalmente se aprovechó de la situación con los precios. Tengo plena conciencia de que puede pasar que recuperemos por precio lo que perdamos por volumen”.
Por su parte, la BCR proyectó que la caída por exportaciones se ubicará en 3.900 millones de dólares respecto al año pasado, al pasar de los 41.450 millones de dólares despachados en 2022 a 37.550 millones de dólares para este año. Pero, como advirtió la entidad bursátil, las exportaciones efectivas no es lo mismo que liquidación de divisas, ya que la primera “queda registrada como tal cuando la mercadería es embarcada, mientras que la liquidación de divisas son los dólares que los exportadores venden en el Mercado Cambiario (MULC)”.
Como efecto colateral, comenzaron ventas “atípicas” de soja brasileña a Argentina. Sergio Mendes, director general de la empresa Anec que representa a firmas como Cargill y Bunge, dijo en una entrevista que los acuerdos fueron impulsados por el hecho de que una sequía brutal reducirá la producción nacional de soja de Argentina en 2023. Además, si bien se habla de una posible renovación del llamado dólar soja, la exportación de soja que se importó temporalmente no está incluida en el programa.
La superficie del territorio afectada por la sequía o en condiciones de estrés hídrico alcanzaron a principio del mes 1.364.749 kilómetros cuadrados (km2) equivalentes al 54,48 por ciento del área total, según un informe del Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa).
Casil 55 por ciento del territorio nacional presenta alguna condición de sequía, mientras que el 45,52 por ciento o 1.140.408 km2 no presentan por el momento situaciones de estrés hídrico. Del total del área afectada, el 22,19 por ciento (555.812 km2) se encuentra atravesando una sequía moderada, mientras que el 14,39 por ciento (360.466 km2) está en una situación de sequía severa, el 7,43 por ciento (186.148 km2) y el 1,57 por ciento (39.384 km2) en sequía excepcional. Por último, el 8,9 por ciento (222.939 km2) se encuentran en un proceso “anormalmente seco”. Estas cifras se ubica por debajo de lo estipulado por el Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, que en su último informe publicado en diciembre estimó una superficie afectada por la falta de humedad de 1.649.481 km2.
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