¿Había un cuarto Rey Mago?: la leyenda de Artabán, el religioso que se perdió en el camino
Si bien fueron tres los reyes que presenciaron el nacimiento de Jesús guiados por la Estrella de Belén, distintas teorías apuntan a que habría un cuarto integrante.
En el Día de Reyes, en el que la ilusión de los niños renace a la espera de la visita de los tres reyes magos con sus esperados regalos, muchos recuerdan la historia de Melchor, Gaspar y Baltasar, que llegaron a llevarle incienso, oro y mirra al Niño Jesús.
Si bien se conoce que fueron tres los reyes que llegaron a Belén en sus camellos, las leyendas apuntan a que podría haber un cuarto integrante del grupo que no trascendió en el relato porque no llegó a destino junto a ellos. Se trata de Artabán, que habría sido otro rey mago.
De acuerdo a una teoría del astrónomo Mark Kidger, el cuarto de los religiosos que llevaba presentes para el Niño Jesús no llegó para su nacimiento porque se perdió antes de llegar a la ciudad de Belén.
Qué dice la teoría sobre Artabán, el cuarto rey mago
Kidger, quien trabaja para el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), explicó años atrás que cuando Artabán se dirigió por su cuenta a Belén finalmente perdió el punto de referencia.
El científico europeo manifestó que Artabán viajó desde el mar Caspio -a 1.300 kilómetros de Belén-, guiado por “una estrella nueva” que “al dejar de brillar lo desorientó”.
Esto se debió a que una semana antes del nacimiento de Jesús, la luna estuvo en conjunción con la estrella nueva que seguía, por lo que “perdió la luz”.
Además, Kidger contó que los reyes magos eran sacerdotes estudiosos de las señales del cielo. Según la publicación científica, Melchor, Gaspar y Baltasar partieron antes que Artabán, guiados por la gran estrella de Navidad, también conocida como “Estrella de Belén”.
Este fenómeno despertó diferencias con otros astrónomos que dicen que en realidad se trató del cometa Halley, aunque este apareció en el año doce antes de Cristo.
Los motivos por los que Artabán no conoció al Niño Jesús, según un relato del siglo XIX
Por otro lado, según un relato navideño escrito a finales del siglo XIX, Artabán habría dedicado treinta años de su vida a buscar al Mesías para darle tres preciosas joyas: un zafiro, un rubí y una perla, lo que finalmente no pudo ofrecerle al Niño Jesús el día de su nacimiento.
El autor del relato, el teólogo estadounidense Henry Van Dyke, describió a Artabán como “un hombre con barba larga y ojos nobles y profundos que vivía en el monte Uchita”. Gracias a un oráculo, una persona con el don de enterarse de los hechos más importantes de la época, Artabán supo sobre la llegada de alguien que describían como “un gran ser de luz que traería perdón y redención a todos los pecados de la humanidad”.
La historia cuenta que Melchor, Gaspar y Baltasar invitaron al religioso a viajar para ir a conocer al Niño Jesús. Así fue como acordaron reunirse en el pueblo de Borsippa para empezar el recorrido, guiados por el astro de luz resplandeciente.
Sin embargo, en el camino Artabán auxilió a un hombre que había sido golpeado y al llegar al punto de encuentro, donde debía reunirse con los otros tres reyes, solo encontró una nota de ellos en la que le comunicaban que no podían esperar más y que habían seguido viaje.
Cuando finalmente llegó al pesebre donde había nacido Jesús, ya no encontró a nadie ya que, según este relato, José y María ya habían emprendido la huida hacia Egipto para proteger a su hijo, que corría riesgo en Belén.
Dice la leyenda que en el camino, Artabán fue entregando los obsequios que tenía para el hijo de Dios para ayudar, auxiliar y salvar a otras personas. Cuando se dio por vencido -sin haberlo encontrado durante más de 30 años y después de su crucifixión-, se sintió decepcionado y le pidió perdón a Jesús.
Antes de morir, dice el relato, escuchó una voz que le dijo: “Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”.
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