Vladimir Putin, visionario que supera al estadista. Silencio y esperanza contra Covid-19

La derecha mundial, al unísono, despotrica y ataca al Sputnik V como si fuera un misil coreano a punto de ser disparado al eje de la Tierra. La demencial postura de los medios de comunicación, en un mundo pandémico, se desploma ante el silencio del estadista Vladimir Putin.

En Argentina, la ultraderecha liderada por Mauricio Macri desmorona sus últimas diatribas dejando ver la falacia de su plan para destruir a una vacuna y Héctor Magnetto apoya con el Grupo Clarín la falacia del perdidoso proyecto de Cambiemos y sus decadentes líderes políticos.

La derecha argentina tiene el privilegio de contar con los más mendaces y desnutridos intelectos de su dirigencia pero Magnetto erige la mentira derechosa para sacarle hasta la médula al famélico país que dejó el Gobierno Neoliberal, grotesco y siniestro del macrismo.

¿Es tan difícil para la derecha argentina entender el proceso político? La falta de suspicacia del antiperonismo los vuelve torpes para comprender que la Nueva Rusia jamás pondría en riesgo su prestigio como potencia ni mucho menos el capital científico que es la Sputnik V.

La torpeza del gorilismo argentino no es solo necedad de ser por ser y nada más, sin saber acaso el por qué de la historia. Vladimir Putin no le respondió a una dirigencia fracasada como proyecto de Gobierno desde su despacho de estadista a un puñado sirvientes de Estados Unidos.

Mauricio Macri, un mendaz empresario, llegó a la Presidencia como el amanuense perverso e ignorante de la Lawfare en Argentina. Nada hizo tanto daño al país como el macrismo, constructo de poder creado por Jaime Durand Barba y Zuckerberg con Cambridge Analytica.

A las 09:00 pm, 29/12/20, comenzó la vacunación con la Sputnik V. El Presidente argentino Alberto Fernández una vez más sepultó a la derecha argentina sin gastar una sola palabra. Vladimir Putin tampoco respondió a los miserables argumentos de los ricos.

Para vencer al Covid-19, Rusia firmó un acuerdo con la británica AstraZeneca. El coronavirus ni la muerte tienen ideología y solo el silencio de un estadista puede callar la vergonzosa mendacidad del macrismo.