La importancia de las bicicletas en Salta
Una muestra de rodados de distintas épocas, cerró el fin de semana en el Museo de la Ciudad. Un puñado de chapas con colores envejecidos, formó parte del material expuesto. Perseguir el hilo de su historia, llevó a discusiones que llegan hasta el presente.
La iniciativa cumplió con su objetivo: visibilizar la importancia de las bicicletas en Salta. La visitaron 3 mil personas, entre salteños y turistas. También, 500 niños y adolescentes de escuelas y comedores de la ciudad.
Los elementos expuestos permitieron echar un vistazo: desde las competencias deportivas en ruta hasta los distintos usos de las bicicletas de trabajo. Fue el aspecto más relevante, porque el uso del vehículo para el traslado urbano es una posibilidad que actualmente recobra vigencia, más que nada por el modelo urbano saturado de automóviles.
La muestra recuperó dos objetos importantes para profundizar en la historia y comprender el presente. Coloridas chapas de viejas patentes y un Registro de Conducción para Bicicletas y Triciclos que, en 1935, fue otorgado al anónimo conductor de la foto por la comuna local.
En el rastreo del contexto, las piezas de metal funcionaron como objetos capaces de despertar relatos. El que hizo las veces de arqueólogo y las catalogó para la muestra, fue un restaurador de bicicletas urbanas. “Las patentes que encontré, van desde la década del 50 hasta el año 1988. A la mayoría las conseguí en desarmaderos de bicicletas viejas. Sin embargo, los rodados que todavía llegan con patentes a mi taller, se van con ellas”, explicó Francisco Blanco.
Algunos clientes le contaron “que no usaron las bicis hasta tenerlas patentadas”. Por varias décadas del siglo pasado, tener una bicicleta con patente significó pertenencia para un sector de la población. “Fue un objeto de valor muy preciado”. El mismo sentido tuvo su continuidad en las motocicletas, presentes masivamente en el país desde los años 90. En la ciudad de Salta ese cambio fue notorio a partir de la presidencia de Néstor Kirchner. Bastaba observar los alrededores de las canchas de fútbol: los cuidabicis mutaron rápidamente a cuidamotos.
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