Góndolas vacías, productos racionados y la amenaza de una recesión: se profundiza la crisis en el Reino Unido
La postal no es habitual en el Reino Unido. Góndolas vacías, productos racionados y hasta quejas por una merma en los servicios de transporte en ciudades importantes sorprenden cada día más a los británicos.
Hoy el país está viviendo una realidad que hasta hace muy poco solía leerse en la sección internacional de los periódicos. Las noticias venían de lugares lejanos del Tercer Mundo. Palabras que no formaban parte del vocabulario comienzan a aflorar cada vez con mayor asiduidad. Términos como desabastecimiento, inflación, crisis y hasta racionamiento irrumpen ahora en conversaciones cotidianas. Gran Bretaña entró en estado de alerta.
La guerra en Ucrania y en especial el Brexit, que provocó un éxodo masivo de trabajadores extranjeros, están moldeando una situación que los británicos no vivían desde hace décadas. Las protestas se suceden. Las huelgas sacuden servicios esenciales como el de transporte y la salud.
El 1° de febrero el país quedó virtualmente paralizado por la mayor jornada de huelga de los últimos 11 años por una reivindicación de mejoras salariales frente a una inflación del 10,5% anual. Incluso, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica y el Fondo Monetario Internacional (FMI) esperan que la economía sufra una contracción en 2023.
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