La inflación y la crisis golpean de lleno a merenderos y comedores
Cuando los bolsillos aprietan en las casas y es difícil cubrir la comida básica del día, la gente acude donde la solidaridad abunda, aunque no los recursos: los comedores y merenderos. Sin embargo, entre una magra o nula asistencia estatal, las donaciones que son cada vez más escasas y la inflación galopante, estos lugares están en crisis.
Algunos redujeron los días en que atienden y otros ya ni abren.Advierten que es más caro comer verdura que carne. Piden ayuda.
“Hay hambre, hay madres que te escriben con vergüenza pidiéndote comida”, ejemplificó Jimena Calafiore del comedor Pan de Vida de La Silleta, quien aseguró que la situación se agrava cada mes. Si bien el comedor que funciona solo los domingos, no se redujo, se advierte cada vez más necesidad. “Durante la semana la pasan bastante mal, por eso, ahora hacemos la copa de leche una vez por semana”, contó la voluntaria, que entre lágrimas aseguró que más de una vez pensó en cerrar. Sin embargo, hace 12 años la pelea y se mantiene por “milagro”.
En cambio, el comedor Señor del Milagro, que funcionaba todos los días en San Pablo Oeste, no pudo volver a abrir desde el año pasado. Según contó Adriana Velázquez, el Ministerio de Desarrollo Social asistió un par de veces, pero las ayudas fueron disminuyendo. “La primera vez trajeron muchas cosas, la segunda ya cosas sueltas 3 sucoas, 3 paquetes de yerba”, indicó. Luego, contó, les pidieron papeles y la ayuda se cortó, al igual que con los de Pan Solidario. Eran alrededor de 200 personas las que asistían al comedor: “Abuelos, mujeres embarazadas de bajo peso”, repasó la mujer. Y agregó: “Al frente de mi casa hay un merendero de la CCC (Corriente Clasista y Combativa), pero desde el año pasado que no están dando”.
En este contexto, Adriana y su suegra, con quien administraba el comedor, no pudieron reabrir, aunque no pierden las esperanzas. “Muchos nos fueron a pedir que abriéramos de vuelta”, aseguró.
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